6 de marzo de 2023 | Por Carolina Estebarena

Debería no sorprender a esta altura que el Presidente de la Nación transmita esa sensación de que vive una realidad paralela, por no decir directamente ficticia.

Sin embargo, logra correr el límite de lo imaginario cada vez un poquito más, al punto que muchas de sus declaraciones suscitan lisa y llanamente bronca.

En el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el 1° de marzo, expresó: “Hoy vivimos sustancialmente mejor que hace tres años”. ¿En serio? ¿Quién puede creer eso? ¿De verdad piensa que vivimos mejor que cuando asumió la presidencia? Tenemos una inflación anual de casi un 100%, una educación con la directiva de que los chicos pasen de grado aunque no sepan los contenidos mínimos, excesivas retenciones al campo que no dejan respirar a este sector que es un motor productivo del país, un grado de inseguridad en las calles alarmante, cada vez que salimos de nuestras casas lo hacemos con miedo. Los delincuentes sueltos y los ciudadanos entre rejas, encerrados en nuestros propios hogares. La Argentina así no da para más.

Es cierto, no podíamos esperar que hable de la corrupción kirchnerista o del procesamiento de Cristina, claro porque de eso no puede decir nada, sino estaría reconociendo que a su gobierno, además de calificarlo como nefasto, repleto de ineptos, deberíamos tildarlo de autoritario y colmado de ladrones o encubridores.

Volviendo al discurso que debería haber sido una rendición de cuentas y una enumeración de los proyectos que quiere enviar este año, Fernández dijo algo muy cierto y que bien refirió al deber ser: “Las argentinas y los argentinos tienen derecho a saber qué hicimos, por qué lo hicimos y qué nos proponemos hacer”. Por supuesto, Sr. Presidente, tenemos ese derecho. Entonces, ¿por qué nos miente en la cara? Peor aún, su sermón está en la web de la Casa Rosada –por si quieren verlo por ustedes mismos. Dijo, por ejemplo, “si la Corte Suprema no hubiera tomado por asalto al Consejo de la Magistratura, hoy Santa Fe no estaría padeciendo la carencia de tribunales, que impiden enjuiciar con rapidez al crimen organizado, que se ha expandido en su territorio.” Espero que ningún santafesino haya escuchado o leído eso: da rabia, impotencia… perdimos tres años de hacerse lo que había que hacer, y de evitar todo lo que este populismo barato consiguió: generar más pobres, más inseguridad, más miedo, más angustia, más mafias, etc. HICIERON TODO MAL. Pero frente a este hartazgo hay una luz de esperanza. Juntos por el Cambio es la alternativa y dentro de las opciones de esta alianza electoral, como saben quienes me conocen -pero para los nuevos lectores- estoy convencida de que Patricia Bullrich es quien garantiza el coraje, la valentía y la fuerza para llevar adelante todos los cambios requeridos en pos de tener un Estado más eficiente, gente más segura, un ambiente más sano, empresarios y emprendedores más productivos, compromisos internacionales cumplidos en tiempo y forma, empleo genuino, en fin… para poder tener una mejor calidad de vida y (algo tan simple de decir pero que este modelo de gestión nos aleja significativamente) un país normal. Quiero una Argentina donde  podamos proyectar, vivir tranquilos, pensando en un gran futuro, NO Albertolandia.

Como si las mentiras pronunciadas en su discurso no hubieran sido suficiente descaro, el titular del Ejecutivo nacional se tiró contra la Justicia, la Corte Suprema y la autonomía de CABA. Por estas consideraciones, en la Legislatura porteña, los diputados del bloque Vamos Juntos acompañando al presidente de nuestra Casa Legislativa, presentamos un proyecto para expresar nuestro más enérgico repudio.

El país de Fernández ¡NO DA PARA MÁS! En octubre tenemos la posibilidad de dar vuelta esta situación. No será fácil, pero tengamos esperanza de que se puede. Podemos tener un nuevo comienzo, una nueva Argentina, segura, productiva y feliz.

Apuesto a la Fuerza del Cambio, ¿y ustedes?